Hace ya mucho tiempo en el vasto universo, se comenzaban a dar vidas por las fuerzas que colisionaban unas con otras creando así a los planetas, las estrellas y galaxias las que iluminaban todo dentro de la oscuridad; dentro del enigmático y profundo cosmos apareció de la nada una forma delicada, con una superficie blanca que con la luz de los soles se iluminada y tomaba tonalidades arenosas.
Nadie se explicaba la razón de tan extraño cuerpo flotando entre los demás; las formas galácticas tragaban y escupían aquella forma por sus extensiones sin ningún cuidado a su delicada complexión, traviesos cometas le rodeaban jugueteando a su alrededor. Las nebulosas lo abrazaban con cariño entre sus difusos dedos, abrigándolo de lluvias meteóricas que corrían a gran velocidad, la vida en el universo se agitaba por ocasiones produciendo más vida con los grandes big ban de sus energías.
Llego el momento en que el huevo al fin detuvo su marcha, nadie logro mover ese cuerpo aunque pasara miles de tormentas a su alrededor y vientos de gran poder; un sol que pasaba casualmente por ahí, se detuvo de improvisto a cierta distancia del huevo, lo observo ya que algo en su interior aparecía cierto tiempo, intrigado por esto el sol se quedo haciéndole compañía esperando lograr descubrir eso que se dejaba ver, sin darse cuenta algunos planetas habían aparecido con el tiempo y ahora giraban alrededor de el, pero el sol solo tenia ojos para el huevo.
En una ocasión el huevo decidió hablar con el sol al ver la atención que solo tenia sobre de el- así como me ves algún día me mataras- sonríe al ver apenado al sol por sus palabras- pero gracias a tu cálida mirada el pequeño ser que ha estado creciendo por años dentro de mi nacerá fuerte y mas brillante que cualquier planeta que exista en el universo, ya que este al igual que yo dará vida en su interior- decía dulcemente el huevito que se mecía suavemente de un lado a otro para adormecer su interior que se removía al oír su voz.
-¿Cómo es eso posible?- el huevito sonrió de nuevo por las palabras del sol- porque así es la vida, no se necesita el saber el como sino dejarla seguir su camino y sentir amor por ella- seguía meciéndose con mucha suavidad –he viajado por muchos lugares buscando un lugar conveniente para el, cuidándolo de las estrellas maleducadas, cometas curiosos y hasta de soles agresivos, -se inclina un poco hacia atrás para poder moverse mejor de un lado a otro- le daré todo mi amor y cuidado para cuando nazca sea el mejor planeta y tenga lo necesario para vivir por si solo… mi pequeño bebe.- su voz cargada de mucho cariño y amor por su creación.
El sol inspirado por las palabras de amor del huevito hacia su bebe, brillo con intensidad dándole la protección necesaria para cuando naciera el bebe no sintiera frio por falta de su mama.
Así fue como el huevito con ayuda del sol cuido a al bebe hasta que llego el momento cuando la coraza se volvió tan dura que se fue desquebrajo lentamente y un tanto dolorosa, dando paso a un hermoso planeta azul, antes de volverse tan duro como para no poderse comunicar de nuevo el huevito dijo al sol por ultima vez –le llamare Tierra.

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